Empezó como entrenador hace 59 años. Durante varias épocas ha logrado conformar equipos fuertes, competitivos, pero sobre todo que ejecutan bien los fundamentos del fútbol americano. Por ello, es considerado por muchos como el mejor entrenador de México. Ésta es la segunda entrega de una larga entrevista que receptor sostuvo con el coach Manuel Rodero. Aquí, parte de su historia.
Miércoles 2 de mayo, 2007 13:15 horas
Por Alberto García y Gustavo Castillo.
Este 14 de mayo cumple 77 años, “pero me siento muy fuerte, no fumo, no bebo, duermo bien, como bien, veo fútbol americano, estoy tranquilo y listo para trabajar” dice a receptor el polémico y ya legendario entrenador Manuel Rodero.
Entrevistado, primero en las oficinas del Director de Actividades del IPN, y luego en el lobby de los condominios donde actualmente vive, el coach Rodero asegura que mucho se dice de su trayectoria, pero que la mayoría son imprecisiones. Lamenta que las publicaciones que existen tengan “tantas mentiras”, por ello, dispuesto y animado cuenta detalle de su carrera.
Rodero regresó de Estados Unidos por invitación de las autoridades del IPN para entrenar al equipo de Liga Mayor Burros Blancos del IPN, escuadra que se ubica en la Conferencia Nacional, grupo anterior a la conferencia de los “12 Grandes”, máximo nivel del fútbol americano estudiantil en México.
Es una persona que le gusta que las cosas “se hagan bien o mejor que no se hagan”.Y tiene muy claro: “La labor de un coach es educar. A los jugadores hay que enseñarles disciplina, puntualidad, aplicación en el trabajo, respeto, lo primero que hago cuando hablo con un equipo, ‘aquí no se dicen groserías’ les digo, y que el casillero se mantenga limpio, los baños, todo, para que con toda confianza los familiares y amigos puedan visitar a los jugadores y no se avergüencen de ellos, de que son unos pelafustanes”.
Ésta es parte de su historia:
Manuel Rodero Garduño nació en 1930. Un México muy distinto al actual. Época en que el fútbol americano comenzaba a jugarse de manera organizada. Estudiante de la Vocacional 2, el joven Manuel decide en 1946 integrarse al equipo de Juvenil del Politécnico. Dos años después juega su primera Intermedia en el único equipo del IPN. En 1949 y 50 juega en esa categoría pero con la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA). Justo a la mitad del siglo inicia su etapa el Liga Mayor con Politécnico. “Jugué cuatro años, en la posición de quarterback con el número 32, antes no se llevaba tan estricto el reglamento por los números, porque los jersey los traían de Estados Unidos, ese número me dieron y así jugué”.
Ese equipo de 1953 es histórico, además de Rodero estaban Carlos Yapúr, actual Director de Actividades Deportivas del IPN, Omar Fierro, Mike Cervantes y Humberto Areizaga, de él comenta el coach Rodero: “Para mi el mejor jugador que ha habido en México, el único mexicano que pudo haber jugado en Estados Unidos y de corredor. Era un animal, no parecía humano, tenía grandes facultades físicas y era muy hábil”.
Años antes, en 1948 cuando cumplió 18 años de edad, Manuel Rodero comenzó su carrera de entrenador en jefe. Dirigió a la Juvenil de Vocacional 2.
Entró la década de los 50 y con ella las marcas ganadoras de Rodero:
En 1953 logró su primer titulo en Intermedia ya con Cheyennes, y de 1956 a 1960 se llevó cinco campeonatos de Liga consecutivos. “Es un récord que nadie ha logrado en México”, asegura el coach.
Terminando la temporada de 1960 deja el fútbol americano e inicia un negocio de muebles, “fabricaba gabinetes para las televisiones grandotas de entonces”. Su fabrica Rod, S.A. estaba ubicada en la colonia Granjas México. Tuvo mucho éxito como empresario “llegué a ganar hasta mil peso diarios” expresa orgulloso y se ufana “nunca más tuve que trabajar”.
Regresa al fútbol en 1969, cuando el IPN decide dividir a sus equipos representativos y crear a los Búhos, Cheyennes y Águilas Blancas. “Hubo mucha grilla, me ofrecieron los equipos, pero no nos pusimos de acuerdo y entonces me retiré de la institución. Con un grupo de exjugadores Cheyennes fuimos a crear un club”. Como la Liga exigía representación institucional, fueron al entonces Departamento del Distrito Federal, a su área de deportes que se llamaba ‘Acción Deportiva’, y ellos “sólo pusieron el campo Miguel Alemán (en la colonia Lindavista) para entrenar. Todo lo demás lo puse yo de mi bolsa, el equipo era financiado por mi empresa Rod, S.A.”
La pugna por el nombre, fue otra controversia, pues también había Cheyennes del Poli Blanco. Rodero decide cambiar el nombre y adoptar el de Pieles Rojas con los colores naranja Texas. En 1970, mientras autorizaban su ingreso a la liga Nacional, su quipo viaja a Estados Unidos y enfrentan a escuadras como Austin Collage, Norwood de Dallas, la Universidad St. Mary’s de San Antonio, entre otros.
Y es cuando la Universidad de Norwood paga la visita a México y es por primera vez en la historia que se lleva a cabo un juego en el estadio Azteca. En 1971 entran a la Liga Nacional como Pieles Rojas de Acción Deportiva. La competencia ese año fue a ‘round robin’, es decir, los 10 equipos jugaban entre sí y no había postemporada, y quedaría campeón el equipo con más puntos.
Pieles Rojas terminó la competencia con 8 juegos ganados y un perdido, éste contra Cóndores por marcador de 10-9, tras la decisión del propio Rodero de jugarse la conversión cuando tenía el empate asegurado. “En el fútbol se la juega uno a ganar, además en esa época no había tiempos extras, por lo que era ir por todo” sostiene.
Sin embargo no logran oficialmente el título ese año, por otra decisión polémica de Rodero: Decide jugar un juego “extra” contra Borregos del Tec, equipo al que habían vencido en temporada regular. Pierden ese cotejo en Monterrey y Borregos es campeón en 1971.
Estos son los lugares como terminaron en temporada regular: 1.-Pieles Rojas, 2.- Borregos Tec (un partido perdido contra Pieles Rojas), 3.- Cóndores UNAM, 4.- Toros Chapingo, 5.- Águilas Reales UNAM, 6.- Águilas Blancas IPN, 7.- Búhos IPN, 8.- Guerreros Aztecas UNAM, 9.- Cheyennes IPN y 10.- Tigres UANL.
Histórica la lista de anotadores ese año: 1.-Ramón Pérez Ferreiro de Pieles Rojas con 66 puntos, 2.-Ronnie Washington de Borregos del Tec con 62 puntos, 3.-Leonardo Lino de Cóndores UNAM con 60 puntos, 4.- Alfonso González de Pieles Rojas con 58 puntos, 5.-James Mc Fall de Borregos del Tec con 56, 6.-James Eager de Borregos del Tec con 42, 7.-José Cárdenas de Borregos con 42, 8.-Ricardo Strevel de Cheyennes con 40 y 9.- Sergio Chagary de Pieles Rojas con 38.
Era la época de los ‘becados’ del Tec de Monterrey, pero norteamericanos. Más de 20 jugadores eran de esa nacionalidad y jugaban en México. En 1972 Pieles Rojas de Rodero quedan subcampeones, pierden la final contra el Tec.
En 1973 semifinalistas. En 1974 terminaron detrás de los co-campeones Borregos de Monterrey y Tigres de la UANL.
En 1975, año completo para la escuadra de Lindavista: Campeones Nacionales al vencer en el juego final a los Borregos del Tec por paliza de 52-13, partido que incluso se transmitió por Televisa, narrado por Fernando Von Rossum, y jugado en el estadio de la Cuidad de los Deportes, en la colonia Nápoles de la capital del país.
Tremendo back field o grupo de corredores que tenía Pieles Rojas: Roberto De Leo, Agustín Águila, Francisco Hernández y José Luis Martínez y el quarterback Jorge Aguilar. Vencieron a los Borregos prácticamente por el centro, con jugadas de poder y de trampa, que a pesar de la fortaleza física de los regiomontanos, nunca pudieron detener. Y a la defensiva detuvieron a los corredores norteamericanos, comandados por el linebacker central Francisco “comefierros” Espinoza, entre otros destacados jugadores.
En 1976 terminan subcampeones, tras perder el juego final con los Borregos 35-28, nuevamente en el estadio de la “Ciudad de los Deportes”. En 1977 Pieles Rojas se integra al Instituto Politécnico Nacional, lo que provoca que muchos jugadores se fueran a otros equipos, a los Jaguares del INDE ó a Tigres de UANL principalmente. Durante los siguientes 10 años, Pieles Rojas se adapta al sistema del IPN, y logra mantener equipos competitivos en la liga y es en 1989 cuando logran el segundo título Nacional, bajo el mando del coach Manuel Rodero.
En 1989 renuncia de manera irrevocable al IPN, “estaba yo en desacuerdo de cómo se estaba manejando el fútbol americano en la institución y le di mi renuncia al entonces director general Oscar Joffre” aclara.
En 1990 se va a construir una casa en Bronswille Texas, Estados Unidos. “No me entregaron la casa como la pedí y demandé a la compañía constructora. Me regresaron mi dinero y tuve que construir otra casa”.
Ese año nombraron a Sergio Martínez Cuevas como entrenador en jefe de Pieles Rojas y terminaron la temporada en último lugar y por ello descendieron a la Conferencia Nacional.
Rodero regresa a México en 1991 para reintegrar a Pieles Rojas en su campo de Lomas Verdes. Juegan en la liga Conferencia Nacional (CONA), misma que él había fundado 15 años antes. Queda campeón en 1991,92 y 93. “Con el equipo de 1992 le hubiéramos ganado a todos los de ONEFA, logramos conjuntar un excelente grupo”.
Después de ese año se fue a radicar con su familia a Estados Unidos. Hoy regresa porque lo invito su compañero de equipo Carlos Yapúr. “Vengo a ganar, y espero lograrlo en dos o tres años”. Y reitera: “Las cosas se hacen bien, o mejor no se hacen”.
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