“Me confíe demasiado”: jugadora de tocho contrae COVID-19 en torneo

México ha sido uno de los países más afectados por la pandemia del COVID-19, razón por la cual ligas como la ONEFA y Fademac no reanudan actividades. Sin embargo, esto no ha detenido a demás organizaciones de flag y americano equipado para realizar partidos. Lamentablemente para Lula, fue en uno de estos torneos donde contrajo coronavirus en octubre pasado, pero ahora tiene la consciencia que no es el momento para la práctica de este deporte.

Alberto García Ramos / receptor

La pandemia de COVID-19 en México ha provocado que las actividades presenciales en las ligas de fútbol americano más importantes del país se mantengan detenidas. Desde marzo del 2020, la ONEFA ha cancelado todas sus justas, incluidas dos temporadas de la Categoría Intermedia, tres de Juvenil, y una de Liga Mayor; la Conadeip no ha visto actividad en su Juvenil Única; Fademac tampoco ha jugado sus Juveniles e Infantiles.

A pesar de que las condiciones de esta crisis de salud se han resentido en México como en pocos países del mundo, numerosas organizaciones tanto de football flag (o tocho) como de fútbol americano equipado han decidido llevar a cabo torneos y temporadas en medio de la pandemia, aún con la consigna de que las actividades en conjunto han sido señaladas como focos potenciales de propagación del virus.

Convocatorias anunciando el regreso a las actividades para la reanudación de torneos que publicitan protocolos de sanidad circulan en redes sociales entre la comunidad tanto del fútbol americano como del football flag desde meses atrás. Uno de estos múltiples torneos se jugó hacia finales de octubre en Metepec, Estado de México, organizado por la Liga Toluca – Flag Football Toluca AC.

Lourdes Acosta, residente de la región, y jugadora de football flag, decidió ser una de las participantes en la justa.

No obstante, relata, que ella había estado resguardada en casa para no exponerse a un posible contagio desde el inicio de la pandemia en marzo del 2020, “Lula”, de 32 años de edad, decidió asistir a las actividades de Flag Football Toluca. En el torneo contrajo COVID-19.

“Estoy segura que fue jugando, era el único lugar en donde me exponía, donde tenía contacto con las personas. Cuando la gente está relajada, te confías y con la gana de querer jugar, de extrañar el deporte, entonces comencé a ir a los partidos”, platica Acosta.  

“Estando ahí me confíe demasiado”.

Un torneo que empezó en octubre, Lula y su equipo llegaron a las finales, llevadas a cabo a principios de diciembre. En estas fechas, los contagios de COVID-19 se dispararon y alcanzaron cifras récord para ese entonces: el 4 de diciembre la Secretaría de Salud reportó 12 mil 127 infecciones en 24 horas, la mayor cantidad para un día; siete días después, se rompió la marca, con 12 mil 253 personas infectadas el 11 de diciembre.

“Nos olvidamos de la sana distancia, en este deporte no aplica. La sana distancia que es de las principales reglas para esta pandemia desde que inició, por supuesto que (en el tocho) para nada aplica”, indica la jugadora mexiquense.

Acosta narra que los días consecuentes al final del torneo de la Liga Toluca comenzó a presentar varios de los síntomas relacionados al nuevo coronavirus: dolor de garganta, dolor de cabeza, cansancio y fatiga. A pesar del diagnóstico de un doctor particular al que acudió que fue de faringitis, Lula perdió el olfato días después, otro de los síntomas característicos del virus. Una prueba le confirmó que había contraído el SARS-Cov-2.

A través de su página de Facebook, la Liga Toluca anunció desde el 16 de septiembre de 2020 que regresarían a la actividad. Publicaciones posteriores mostraban actividad en campos durante el mes de noviembre. No existen anuncios sobre algún tipo de medida para evitar la propagación del COVID-19 en los partidos de flag.

“Al entrar a la cancha, llegabas, te daban tu gel antibacterial y te tomaban la temperatura. No entraba nadie si no llevaba cubierta la boca, pero no necesariamente con un cubrebocas”, explica Lula en relación a su experiencia cuando ella fue a jugar. “Yo llevaba mi gel antibacterial, limpiaba mis manos y el balón, era muy exagerada,  aunque bueno, ya sabemos que en medio de esto realmente no se puede ser exagerada”.

Sobre si Acosta supo o tuvo certeza de otras personas contagiadas que asistieron al torneo en otoño pasado, comenta que “sí me entere de familiares (de otros jugadores) enfermos, familiares que fallecieron, no te puedo asegurar, pero sí es muy probable”.

Distintas voces en el medio del fútbol americano, como lo son las propias ligas, aficionados y coaches, han argumentado que las actividades de este deporte podrían llevarse a cabo ya que la NFL, la liga profesional de los Estados Unidos, y la NCAA, el organismo universitario de dicho país que incluye a esta disciplina, sí jugaron sus torneos en 2020. Sin embargo, los protocolos frente a la pandemia de estos dos organismos se basaron en el rastreo de posibles contagios y la aplicación de pruebas para la detección de COVID-19: la NFL aplicó más de un millón de tests para todos sus jugadores, coaches y trabajadores durante los casi 6 meses que duró su temporada.

Ninguno de los torneos tanto de flag como de americano equipado en México ha aplicado un protocolo de rastreo y limitación en la transmisión del virus que incluya pruebas para la identificación de la infección. Sin mantener el distanciamiento social por la naturaleza del deporte, sin certeza basada en tests para saber si hay o no personas contagiadas de manera asintomática, estos torneos, como el realizado en Metepec y donde Lula fue a jugar, se convierten en potenciales puntos de alta infección.

“No es tiempo todavía, (la gente) puede seguir esperando. Sí comemos ansias de estar en el campo, pero nada se compara con la seguridad de estar tú bien y de tener a tu familia completa, sana. Sígamos cuidándonos, ya llegará el momento y depende mucho de lo que hagamos ahora”, afirma Lula Acosta tras su experiencia de ir a jugar en medio de la pandemia y contraer COVID-19. A pregunta expresa de si regresará a alguno de estos torneos pronto: “No, por supuesto que no”.

Aunque Lula, a poco más de tres meses de su contagio de la enfermedad, ya fue dada de alta de las afectaciones del mismo, las secuelas que manifiesta tras la infección son, principalmente, vértigo y deficiencia en su capacidad pulmonar: “toda la vida he hecho ejercicio, y ahora que he retomado mi actividad física, parece que nunca hubiera hecho antes ejercicio”, lamenta.

“Es cosa de prioridad, de saber cuáles son tus prioridades. Si para ti vale más estar adentro, ir a jugar, a saber que tu familia está bien, que tú estás bien, vale. Pero aún así eso es irresponsable. No sólo te puedes contagiar tú, puedes ser portador y contagiar a tus compañeros. Debemos generar consciencia y regresar cuando sean óptimas las condiciones.”

Acosta señala que tras su contagio, ni su esposo ni su hijo fueron infectados. Aunque no hubo consecuencias fatales, el haberse presentado al torneo le dio el aprendizaje de mantenerse al margen de estos torneos durante el resto de la pandemia.

La actividad en campos de la Liga Toluca continúa de acuerdo a sus propias redes sociales. En su página de Facebook, una galería de fotos ilustra actividades en partidos con niños, niñas y jóvenes, publicada el 23 de marzo de este año.

Como esta Asociación, numerosas organizaciones continúan convocando a sus jugadores para participar en las justas en medio de la pandemia en todo el país. El pasado 13 de marzo se jugó el Abierto Nacional de Flag del Rincón en el estado de Guanajuato, el cual presuntamente sirvió para conformar a un combinado estatal que participaría en el Torneo Interestatal de la Liga Mexicana de Tocho (LMT). Esta liga argumentó que hubo un permiso por parte del gobierno guanajuatense para realizar el evento.

En la Ciudad de México, la liga Asociación Colegial de Football Americano en México (ACOFA) ha organizado partidos tanto de flag como de fútbol equipado por lo menos desde el año pasado, en categorías infantiles y juveniles. Una publicación en Facebook el 27 de octubre anunciaba que estaban “muy cerca de empezar”, esto a pesar de que el permiso del gobierno de la CDMX para permitir deportes en conjunto al aire libre entró en vigor hasta el 29 de marzo de 2021.

En la misma Ciudad de México, el Club Cherokees, perteneciente a la Fademac y ubicado en la Alcaldía de Coyoacán, comenzó la actividad física entre su comunidad desde la última semana de marzo.

Ante la mencionada apertura por parte de las autoridades capitalinas, la ONEFA, que congrega a instituciones educativas de nivel superior en su Liga Mayor, informó que sus equipos integrantes aún no deberían hacer caso a dicho anuncio.

Además, el pasado 6 de abril, la ONEFA, por recomendación de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), decidió cancelar su Asamblea Anual que se llevaría a cabo de manera semi presencial a partir del próximo 15 de abril y hasta el 18 del mismo mes. La razón fue la “posibilidad de una tercera ola de contagios de COVID-19” en México, principalmente tras las vacaciones de Semana Santa y Pascua en el país.  

Desde el inicio de la emergencia sanitaria, México ha sido uno de los países más afectados por el SARS-Cov-2: actualmente registra el tercer número más alto a nivel mundial de personas fallecidas por esta enfermedad (205 mil 2 muertes hasta el 6 de abril); la tasa de letalidad en el país es de 9.08%, cuatro veces más grande que la media mundial situada en 2.16%. Aunque México fue de los primeros países en comenzar con la vacunación de la población en diciembre pasado, actualmente ocupa la posición 54 en cuanto al porcentaje de los habitantes que han sido inoculados, apenas el 6.6%.

Este contexto no ha sido impedimento para que se sigan anunciando torneos, eventos de tocho o de fútbol americano, que sin un protocolo basado en la aplicación de pruebas a todos sus jugadores y asistentes, se convierten en puntos de potencial infección con alta probabilidad.

“Seamos pacientes y responsables. Espero que (mi caso) pueda generar consciencia tanto en jugadores como en directivos para que pongan pausa en sus ligas y sepan la cantidad de vidas que tienen en sus manos”, concluye Lula.


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