Adiós Dr. Lazarini

En medio de la cuarentena por coronavirus que se padece en México y en prácticamente todo el mundo, una noticia triste sacude al fútbol americano estudiantil, el fallecimiento del Dr. Agustín Lazarini, médico del futbol americano de la UNAM y del Hospital General de México.

Por Alberto García Castillo

Era una de esas personas con las que inevitablemente entablas una conversación, aún sin conocerlo. Era de sangre liviana como se le suele decir a esas personas que transmiten buena actitud. Tenía pues, ese carácter de médico dispuesto siempre a salvar a las personas. Era eso, un salvador, un gran profesionista y mucho mejor persona.

El Doctor Agustín Lazarini Colorado falleció este domingo 10 de mayo a consecuencia de la enfermedad COVID 19. Y es que prácticamente toda su vida profesional la realizó en el Hospital General de México “Dr. Eduardo Liceaga” en la Colonia Doctores en la capital del país, apenas declarado hace un par de días como saturado por pacientes del virus sars-cov 2, conocido popularmente como coronavirus.

Y la otra parte de su trayectoria la llevó a cabo en la UNAM, en los campos de fútbol americano, especialmente en el desaparecido Águilas Reales.

Fueron infinidad de generaciones de jugadores universitarios que lo conocieron y que fueron sanados por él. Porque en la mayoría de las veces, sino es que en todas, diagnosticaba la lesión y aplicaba el tratamiento preciso. El médico de football es pieza fundamental para el desarrollo de un equipo. Lazarini fue siempre solicitado, porque transmitía confianza y seguridad de saber que la lesión bajo su tratamiento sería erradicada.

El Dr. Lazarini falleció en su casa a los 69 años de edad. Descanse en paz.

A continuación el texto que compartió el Capitan 1992 de Águilas Reales, Alejandro Talavera Gómez:

In memoriam para nuestro querido Doctor Agustín Lazarinni, quien durante tantos años atendió (dentro u fuera del campo) a muchísimos jugadores de fútbol americano de la UNAM, particularmente de su (nuestro) querido equipo Águlas Reales, siempre con una gran sonrisa y acertado profesionalismo para diagnosticar las lesiones y sacarnos adelante para continuar. Un gran abrazo y ¡Goya hasta el cielo para el amigo y profesional que siempre fuiste!

El jugador Daniel Ávila también compartió parte de su experiencia con el Dr. Lazarini.

Me tocó ver afuera del pabellón 102 en Hospital General gallina, guajolotes y huacales que le dejaban la gente de provincia que venía a verlo. Me decía: “llevate una Bosé para el mole, aquí me las deja la gente, como no les cobro, con todo y que les digo que no, pero ahí me las dejan.” Neta que mala noticia de su murte.

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