Clemson se corona Campeón Nacional, humilla 44-16 a Alabama

Fue el round cuatro entre ambos equipos. Clemson puso a Alabama en la lona. Un impresionante QB novato. Una defensiva que se dobla pero no se rompe. Los Tigers son el campeón nacional del College Football.

Alberto García Ramos

Los Tigers de la Universidad de Clemson se alzaron como campeones nacionales del College Football luego de humillar 44-16 al Alabama Crimson Tide en la gran final del fútbol americano universitario celebrada en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California.

Por primera vez desde 2011, los dos equipos que llegaban al Campeonato Nacional lo hacían con la etiqueta de invictos. Tanto Clemson como Alabama llegaron con marca de 14-0 en 2018. Con la victoria, los Tigers son el primer equipo desde 1897 (sí, 1897) en capturar el título con un récord de 15 ganados y 0 perdidos.

El partido, que tuvo una asistencia de más de 77,000 aficionados, empezó como una completa explosión de puntos: se anotaron cuatro touchdowns en los primeros cinco minutos de juego efectivo.

El primer golpe fue del eventual campeón: los Clemson Tigers. AJ Terrell se robó el pase del sensacional QB Tua Tagovailoa, y lo llevó 46 yardas hasta las diagonales para la explosión de los fieles de Clemson:

Casi cuando parecía que la defensiva de Clemson era demasiado qué soportar, Tagovailoa respondió en la segunda jugada de la serie consecuente. Un pase de 62 yardas de Tua con Jerry Jeudy empató las acciones inmediatamente:

Fue en la siguiente serie que la ofensiva de Clemson se metió a las diagonales por primera vez. Enfrentando 3era y 14 desde propio terreno, el novato QB Trevor Lawrence conectó con Tee Higgins quien se escapó 62 yardas para meterse a la zona roja del Tide:

Travis Etienne culminó la serie con una carrera de touchdown de 17 yardas, su primera de tres anotaciones en la velada:

Alabama no se quedó con los brazos cruzados, y otra vez, por cuarta serie consecuente, la ofensiva al mando llegó a las diagonales. Tua Tagovailoa culminó una serie de 10 jugadas y 75 yardas con un pase de touchdown de una yarda a Hale Hentegs, aunque el punto extra fue malo:

Alabama tomó su primera (y última) ventaja de la noche luego de forzar tres y fuera de los Tigers, y concretar una serie de 11 yardas y 45 yardas con un gol de campo. Poco le duró el gusto, ya que Clemson respondió con una serie de 6 jugadas y 65 yardas que culminó con la segunda carrera de touchdown de Etienne.

Ya en acciones del segundo cuarto, Alabama estaba moviendo bien la bola con su rotación de corredores, pero ya cerca del medio campo, Tagovailoa sufrió su segunda intercepción, ésta cortesía de Trayvon Mullen, quien además la llevó hasta la 47 de terreno rival:

Enfrentando el campo corto, los Tigers se tomaron su tiempo, recorrieron las 47 yardas en 8 jugadas, y terminaron con el triplete de Etienne, un pase pala de Lawrence al corredor que se escabulló hacia las diagonales:

Clemson añadió tres puntos más antes de la intermisión, un gol de campo de 36 yardas para poner el marcador 31-16. Esos 31 puntos son la mayor cantidad que un equipo de Alabama había permitido en dos cuartos en la era Nick Saban, el laureado Head Coach que ha conseguido 6 campeonatos nacionales a lo largo de su carrera.

Regresando del descanso, las cosas no se pusieron mejor para la ofensiva del Crimson Tide. En sus primeras dos series del tercer cuarto, Tagovailoa metió a su escuadra hasta las yardas 22 y 14 rivales, respectivamente. Sacaron un total de cero puntos de dichas series.

En contraste, en su primer ataque del tercer cuarto, Trevor Lawrence se mantuvo en fuego, y encontró en pase de 74 yardas a Justyn Ross, quien se llevó fácil a ambos profundos que intentaron cubrirlo:

Sí, novato a novato. Ni Lawrence ni Ross podrían llegar a la NFL hasta 2021. En su siguiente serie ofensiva, Ross tuvo un par de recepciones increíbles, que tienen salivando a todos los reclutadores de la NFL. Primero, enfrentando tercer down y 12 yardas:

Y dos jugadas después, otra vez enfrentando tercera oportunidad:

La serie terminó con la conexión de Lawrence con Higgins, una bala a la que Higgins se aferró en las diagonales:

Todavía quedaba un cuarto completo, y la daga ya había sido puesta sobre la increíble marea carmesí de Alabama. Y es que la defensiva de Clemson no iba a dejarse atravesar. Al final del encuentro, el Tide estuvo muy cerca en las yardas totales (482 de Clemson contra 443 de Alabama), pero la diferencia tan abultada en el marcador fueron esas oportunidades en zona roja.

Cuarta oportunidad y gol desde la yarda dos, Tua Tagovailoa intentó quebrar a la línea defensiva. Christian Wilkins, Clelin Ferrell y esa unidad dijeron: no.

El partido acabó dos series después: un hilo de 14 jugadas, 95 yardas, DIEZ minutos, y Clemson no se metió a las diagonales porque prefirieron ya no hacerlo (la última jugada fue una cuarta oportunidad que convirtieron en primero y gol).

Fue un esfuerzo completo. El mejor equipo se coronó campeón. Seis veces la ofensiva de Alabama se metió adentro de la yarda 25 de los Tigers. La defensiva de Clemson permitió un total de NUEVE PUNTOS en esos seis viajes. Además, Alabama se la jugó en cuarta oportunidad seis veces. Clemson detuvo en tres ocasiones.

Trevor Lawrence, el novato sensación que es uno de los mariscales de campo con más expectativas saliendo de la prepa, demostró que vale la pena todo ese ruido. Completó 20 pases de 32 intentos para 347 yardas y tres touchdowns, sin intercepción.

Justyn Ross fue el mejor prospecto de saliendo de la prepa en 2018 del estado de Alabama. Escogió jugar en Clemson y hoy quemó a la defensiva del Tide con 6 recepciones para 153 yardas y dos touchdowns.

Por segunda vez en tres años, los Clemson Tigers consiguen el campeonato nacional, su tercero en la historia (1981, 2016, 2018). La generación de seniors, jugadores de cuarto año, ganó 55 partidos en sus cuatro temporadas, la mayor cantidad en la historia para una generación completa.

Dos campeonatos nacionales, cuatro apariciones consecutivas en el College Football Playoff. Los Clemson Tigers son un peso pesado histórico del deporte. La humillación en lunes por la noche sobre Alabama lo confirma.

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