La Selección Canadiense venció 13-7 a la Selección de México para proclamarse campeón del Mundial de Fútbol Americano U19 en Ciudad Universitaria. La medalla de plata es el mejor resultado hasta ahora para la selección nacional en el torneo juvenil.
Alberto García Ramos
Foto: Grecia RC
Un partido reñido, disputado, parejo, emocionante, cardiaco, digno de una final.
Auténtica pelea de pesos pesados, y es que eso es lo que realmente son las escuadras canadiense y mexicana: constantes contendientes en las competencias internacionales de fútbol americano.
La Selección Mexicana llegaba al encuentro en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria ya con el mejor resultado para un conjunto mexicano en el torneo U19 de la IFAF sin importar el marcador, pero las ambiciones sin duda eran doradas.
Desde el principio se notó que no sería un juego fácil, ni para México pero tampoco para Canadá. Los golpes en el terreno de juego eran violentos, y es que la velocidad de ambas escuadras hacía las colisiones aún más salvajes.
Los primeros puntos vinieron cortesía de Antoine Couture (18), luego de que Canadá hilara una buena serie ofensiva para abrir el encuentro, pero ya en zona roja la defensiva mexicana se cerró, y forzaron sólo los tres puntos; una pequeña victoria azteca.
El ataque del tricolor comandado por Sebastian Hernández (13) tardó en carburar, pero no fue por ineficiencia o por falta de ejecución, es que enfrente tenían a la mejor defensiva en puntos del torneo, y tal vez no la más pesada, pero sí la más atlética. El ala defensiva Lake Korte-Moore (11) estuvo a punto de interceptar un envío de Hernández pero en su lugar forzó el incompleto y el despeje de los locales.
Todavía en acciones del primer cuarto, parecía que los canadienses se despegarían con facilidad, pero un touchdown de 48 yardas de Tyson Philpot (1) fue anulado. Un castigo de targeting (golpeo directo a la cabeza) de su hermano Jalen Philpot (5) fue el que provocó la avenida para el touchdown, y Jalen dejó tendido en el campo al safety mexicano Santiago Castañeda (4), por lo que el castigo fue marcado, se borró la larga anotación, y se expulsó al número 5 canadiense. La baja fue sensible para ellos ya que Jalen Philpot era pieza fundamental en su ataque terrestre; por parte de Castañeda, también se ausentaría una pieza clave en el perímetro, pero afortunadamente, el safety mexicano no sufrió una lesión de gravedad, y solo fue el golpe.
El marcador se mantuvo 3-0 durante casi todo el segundo cuarto, aún luego de un fumble del mexicano Julio Hurtado (3) que le dio excelente posición de campo a la ofensiva canadiense. La muralla azteca respondió con capturas al QB consecutivas, una cortesía de Ehécatl Jerome García (72) y la siguiente viniendo de Juan Morfín (1). Los canadienses intentaron un gol de campo que el centro fue malo, la jugada fue un pase incompleto y el marcador se mantuvo estático.
Con 1:15 para el medio tiempo, sin embargo, los Canadienses se metieron por primera vez en el día a las diagonales, cortesía de un pase pantalla de Andreas Dueck (4) a Freud Jean Ernst Cesar (2, en foto) que rompió un par de tacleadas gracias a su gran tamaño y fortaleza física. El corredor avanzó 12 yardas para romper el plano imaginario y así poner el 10-0 en favor de los campeones defensores hacia la intermisión.
En su primera serie regresando del descanso, México se metió al juego de lleno. Alfredo Reséndiz (10) se llevó un pase de 35 yardas hasta el territorio canadiense, y tres jugadas después, otra vez Reséndiz recibió el envío de Hernández recorriendo 42 yardas para meterse a zona de gol de los rivales. Dos jugadas después vino Alan Reyes (38) con un acarreo de 3 yardas capitalizando el enorme esfuerzo del receptor mexicano y poniendo a México en el marcador, con el extra de Aldo Galván (8) bueno. Reséndiz, Hernández y Reyes le dieron una inyección de adrenalina a las más de 25,000 personas presentes en las tribunas. El momento del partido estaba por completo con la tricolor.
Sin embargo, la ofensiva canadiense no dejó que la emoción mexicana revirtiera el marcador. Un largo pase de Dueck a Glodin Mulali (7) de 33 yardas metió a la hoja de maple hasta la 22 de los mexicanos. La muralla azteca todo el juego se comportó a la altura en la zona roja; una captura de Esteban Orozco (9) forzó 3era y 14, la cual resultó en una jugada rota de Dueck y Morfín lo sacó del campo antes del primer down. Canadá sacó puntos, con un gol de campo de 32 yardas de Antoine Couture, subiéndose 13-7.
Ya en acciones de cuarto cuarto, la intensidad escaló a nivel de campeonato. Con 11 minutos en el reloj, parecía ser la serie del partido para México. Hernández eludía a la defensiva canadiense y ganó yardas importantes conectando con Ricardo Aviña (83) para meterse a territorio rival. Ya en la 36, sin embargo, Hernández fue interceptado por Eryk Bujalski (52) lo cual mandó a un completo mutis en el Estadio Olímpico. Lo que parecía ser la serie con la que México se iba arriba resultó en el segundo error de la escuadra mexicana y que le quitó un cachito de alma a todos los aficionados mexicanos.
La defensiva mexicana, como durante todo el torneo, cumplió al llamado del deber. Enfrentando 3era y 4 ya en su yarda 36, la muralla azteca hizo perder yardas a Andreas Dueck, sacándolos por completo de zona de gol de campo y forzando el despeje ofensivo.
México tuvo la bola desde su yarda 20 con 3:25 en el reloj, abajo 13-7. Pudo hilvanar una serie consistente, pero en su lugar, dos sacks hundieron a los aztecas. El primero, de Tanner Schmekel (55); el segundo, de Etienne Amiot (34). Enfrentando 3era y 20, México sólo logró avanzar la mitad de la distancia y el tres y fuera parecía ser lo último para México.
La defensiva tricolor logró detener una última vez a los Canadienses, pero dejaron solo 34 segundos en el reloj para que Hernández y compañía buscaran el milagro, que estaba a 79 yardas de distancia. La sucesión de jugadas fue la siguiente:
1ero y 10 desde su 20; Sebastian Hernández para Julio Hurtado, pase casi interceptado.
2da y 10 desde su 20; Hernández para Alfredo Martínez, 17 yardas, se sale del campo.
1era y 10 desde su 37; Hernández para Ricardo Aviña, 29 yardas.
1ero y 10 desde la 33 rival; se azota el balón.
Con 11 segundos, la escuadra mexicana ya solo estaba a 33 yardas.
Lamentablemente para los anfitriones, el milagro de ganar la de oro se quedó en sólo un sueño, porque la serie no terminó en touchdown.
En la última jugada, Hernández encontró a Aviña en una ganancia apenas de 5 yardas pero el receptor se cayó dentro del terreno de juego y el tiempo terminó por consumarse, sin una última oportunidad de buscar las diagonales y con un grito ahogado de todas las personas en el estadio.
Un final anti climático para el aficionado nacional, y por supuesto, para la escuadra mexicana, pero la selección canadiense explotó en júbilo porque hicieron historia: el bicampeonato. Canadá, tanto contra Japón como contra México, supo mantener la ventaja y aferrarse a la victoria. No dejaron que los embates rivales les arrebataran la delantera tarde en el encuentro, y se van del Olímpico Universitario como dignos campeones.
Frente a más de 25,000 personas no fue fácil para los canadienses, más cuando todas estaban apoyando al rival, pero sin duda el mayor obstáculo que enfrentaron fueron los 45 jugadores mexicanos que jamás bajaron la guardia y estuvieron a escasos segundos de empatar el encuentro. Los Canadienses celebraron con alivio de lo que pudo haber sido una muy dolorosa derrota frente a un feroz rival mexicano.
México se quedó cerca de bañarse de oro, pero el resultado no deja de ser histórico:
- Primera medalla de plata en Mundial U19
- Tercera medalla de plata en torneos IFAF
- Primera medalla en torneos IFAF cuando tanto Canadá como Estados Unidos participaron en el certamen.
La escuadra mexicana dio gran partido y demostró que es de los pesos pesados del fútbol americano a nivel internacional. El torneo deja para México una victoria histórica sobre Estados Unidos y un partido que hizo sudar de más a los Canadienses. La reputación del fútbol americano en México a nivel internacional sin duda va a la alza, y una plata que podrá saber amarga por una derrota dolorosa, pero también sabe dulce por las implicaciones históricas y el legado que deja esta Selección Mexicana.