La Selección Mexicana de Fútbol Americano U19 hizo historia al derrotar 33-6 a los Estados Unidos, en el partido estelar de la segunda jornada del Campeonato U19. Los mexicanos aseguraron su pase a la gran final, gracias a una defensiva hostigadora, a los regalos norteamericanos y a la ejecución casi impecable del engranaje nacional.
Alberto García Ramos
Fotos: Grecia RC y Ernesto García
Si el desempeño de la Selección Mexicana tuviera que resumirse en cinco palabras, serían éstas:
Una cita con la historia.
Frente a poco más de 12,000 personas, defendiendo los colores de la bandera nacional, frente a un rival que en torneos IFAF (el más importante de fútbol americano a nivel internacional) nunca se le había ganado y que en la categoría Under 19 los marcadores habían sido abultados, hoy la selección mexicana revirtió esa historia para crear la propia.
Ese rival al que nunca se había podido superar, por supuesto, los creadores del fútbol americano, los Estados Unidos. Y es que en ningún nivel el vecino del norte puede mandar una auténtica selección con lo mejor de su nación, pero eso no significa que para competencias internacionales no armen conjuntos con miras de ganar. En la U19, son dos veces ganadores de la medalla de oro.
La cita en el Estadio Olímpico Universitario sabían que no sería fácil. El Head Coach de las barras y las estrellas, Matt Hennesy, declaró que esperaban mucho ruido por parte de la afición mexicana, y que sin duda era una ventaja fuera del campo para la escuadra tricolor.
Al final, no fue la tribuna, ni la localía, ni factores externos. “Para mí, el mejor equipo siempre gana, y hoy, México fue el mejor equipo”, dijo Hennesy.
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Como auténticos boxeadores intercambiando leves puñetazos en el primer round, México y Estados Unidos canjeaban despejes en lo que ambas ofensivas intentaban abrir su esquema de juego, y dar un golpe contundente; la defensiva mexicana no se vio ni tantito intimidada por los norteamericanos, y al contrario, fueron ellos los que dominaban, con base en agresividad, pero sobre todo, buena ejecución.
Con poco menos de tres minutos en el primer cuarto, ese primer golpe de contundencia lo dio México. Sebastian Hernández (13) conectó en pase de 32 yardas con Iván Gutierrez (19) quien absolutamente solo llevó el balón hasta las diagonales. En una impecable jugada, las trayectorias cruzadas aprovecharon la cobertura personal de los Estados Unidos, y Gutierrez entró a las diagonales del lado norte del Olímpico sin que un norteamericano le pusiera encima un dedo.

La defensiva mexicana pudo haber sucumbido ante la presión norteamericana, pero en su lugar, se levantaron a la ocasión. Jonathan García (23) consiguió la primera de dos intercepciones en el segundo cuarto, robando el envío del QB Alek Jacobs (2). La ofensiva azteca no logró conseguir puntos, pero la defensiva seguía respondiendo al llamado, y en la serie siguiente, Santiago Castañeda (4) volvió a interceptar a Jacobs. Se empezó a ver quiénes estaban mejor parados sobre el emparrillado.
Si hubiera que usar una palabra para definir a la defensiva mexicana: sofocante. Aunadas a las 2 intercepciones, provocaron cuatro capturas al QB, cortesía de Fernando Aguado (25), Alejandro Milán (59), Ehécatl Jerome García (72) y Carlos Navarrete (98). Y es que los frontales mexicanos asumieron la batuta del equipo, actuaciones estelares de los linebackers Esteban Solares (9), Juan Morfín (1), y Eder Gutierrez (2) hicieron que el ataque terrestre de los norteamericanos se quedara en 196 yardas totales durante los cuatro cuartos.
Es bien sabido que el fútbol americano es un deporte de oportunidades y en el momento que se presentan, hay que aprovecharlas.
Los Estados Unidos, con un estilo extravagante, intentaron convertir el primero y diez cuando estaban acorralados en propia yarda 8, enfrentando 4a y 10. La defensiva azteca, por supuesto, no dejó que movieran las cadenas, y el ataque entró con inmejorable posición en el campo, en la yarda 12 del rival.
Un par de jugadas después, Julio Hurtado (3), MVP del encuentro contra Japón, hizo el primero de sus dos touchdowns de la tarde, evadiendo la defensiva norteamericana y aventándose para romper el plano imaginario del endzone. Aldo Galván (8) convirtió su segundo punto extra, y la ventaja mexicana se extendió a 14-0.

No era necesario, pero los Estados Unidos empezaron a desesperarse, y sobre todo, a perder la cabeza. En segunda oportunidad y diez, dos castigos mandaron a los norteamericanos casi hasta su propio touchdown: un holding y un foul personal en bola muerta. Enfrentando 2da y 35, la defensiva azteca provocó uno de los cuatro sacks de la tarde.
En 4ta oportunidad y todas, ahora sí el equipo norteamericano optó por despejar, sólo que la defensiva mexicana fue tan agresiva que bloquearon la patada, y ésta salió en la yarda 7, otorgándole la bola al tricolor en zona de gol para empezar su serie.
El que perdona pierde y hoy México no perdonó. En la primera jugada, Hernández encontró a Marco Briones (20) solo en las diagonales, producto una vez más del soberbio esquema de trayectorias cruzadas que la coordinación ofensiva planeó. Además, fue notable la manera en que Hernández aguanta en la bolsa de protección, ya que los Estados Unidos mandaron un disparo; el QB aguanta hasta el momento preciso para que Briones esté solo en las diagonales. El extra fue malo, pero el marcador ya leía 20-0 para México.

Antes del medio tiempo, Aldo Galván conectó un gol de campo de 49 yardas para extender aún mas la blanqueada rompe quinielas, 23-0.
Una remontada de ese nivel ahora sí que sólo Tom Brady.
Por supuesto en el fútbol americano uno nunca baja la guardia, pero con una diferencia de tres posesiones de anotación y un dominio latente sobre el contrincante, no parece haber forma de un regreso milagroso.
Y no la hubo.
En el momento, era muy temprano para llamarla la daga, pero en retrospectiva, la carrera de touchdown de 31 yardas de Julio Hurtado regresando de la intermisión fue el signo de exclamación en lo que estaba sucediendo: ¡una paliza! Ya era la diferencia de 30-0.

Los Estados Unidos sacaron el del honor, con un touchdown de 22 yardas de Treshaun Ward en acciones del tercer cuarto. Pero eso fue lo único que permitió la defensiva azteca, porque el muro tricolor nunca más flaqueó.
Aldo Galván se haría presente una vez más con un gol de campo de 34 yardas, para poner lo que sería el definitivo 33-6.
Una cita con la historia, un exorcismo, un carnaval. La primera, porque por primera vez en cinco intentos, se derrotó a la Selección de Estados Unidos en torneos de la IFAF. El segundo, porque los demonios norteamericanos mantenían el nivel de México en el bronce. El tercero, porque no faltaron las goyas, los huelums, los Cielito Lindo, vaya, hasta los gritos de ¡beso, beso! provocados por la innovación del Olímpico 68′, la cámara de besos en la tribuna.
El resultado con el que México se erigió hoy en la tarde sin duda es histórico. Por el rival, por las circunstancias, por la manera en que se logró. Porque no sólo fue una victoria, fue una paliza; porque en miércoles, a la mitad de julio, en plenas vacaciones de verano, más de 12,000 personas se dieron cita para vitorear a los jóvenes gladiadores mexicanos y completar la hazaña arriba expuesta.
La Selección U19 ya aseguró, por lo menos, la plata, empatando el mejor resultado para México en la historia de los torneos de la IFAF, pero las ambiciones no se detienen aquí: buscar el oro contra Canadá, el domingo, y así consolidarse en los anales de la historia.