Burros Blancos vence 31-10 a Auténticos Tigres; exorcizan demonios regiomontanos

Los Burros Blancos del Instituto Politécnico Nacional derrotaron 31-10 a los Auténticos Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León en encuentro en el Estadio Wilfrido Massieu de la Unidad Profesional Adolfo López Mateos, que vio un lleno casi total en la tribuna local del inmueble. Por primera vez desde que regresaron al máximo circuito de Liga Mayor en 2008, Burros salió victorioso ante los felinos regiomontanos.

Alberto García Ramos
Fotos: Ernesto García

Se sintió como un cambio de batuta. 

La retrospectiva podrá apreciar o condonar esta perspectiva, pero es una realidad que hoy fue un partido especial para los Burros Blancos, un partido de evolución.

Desde que Burros Blancos regresó al Grupo Fuerte de Liga Mayor de la Organización Nacional Estudiantil de Fútbol Americano en 2008, los Auténticos Tigres han ejercido una hegemonía inamovible sobre los equipos del Politécnico. Aunque no fue hasta 2009 que se enfrentaron, desde entonces a la fecha los Burros Blancos no habían conseguido la victoria frente a los norteños.

Es por eso que la afición, el equipo, todos lo sabían: es la oportunidad más clara que tenían en años. En 2016, con el entonces novato QB Alex García, no pudieron frenar el regreso de los regiomontanos y sucumbieron 28-21 en el Wilfrido Massieu, una derrota que hasta el día de hoy no había sanado.

Fue entonces que el regreso de los Auténticos Tigres era esperado. Ganarle a la escuadra que ha estado en las últimas 9 finales de la Conferencia Fuerte de la Liga Mayor mandaría el mensaje: hemos llegado. Sólo el segundo partido en la era del nuevo Head Coach Francisco Chaparro ya tenía un cargamento histórico.

Por supuesto, los Auténticos Tigres, actualmente dirigidos por el HC Antonio Zamora, han sido uno de los cuatro mejores programas de fútbol americano en la última década, y no se iban a doblegar por bajas expectativas. Que si tienen un equipo muy joven, que si les hace falta experiencia; los Tigres salieron a ser quienes son, un equipo físico, castigador.

La tribuna local del Estadio Wilfrido Massieu estaba lista para aportar lo suyo, ya que fue el primer partido como local para los Burros en 2018. Más de 10,000 gargantas gritando al unísono los Huelums que fueran necesarios para que su equipo se sintiera verdaderamente donde estaba, en casa. El ambiente guinda y blanco siempre fue de total apoyo hacia los Burros Blancos. También los aficionados sabían que, luego de ser semifinalistas en 2017, éste era uno de esos escalones determinantes a superar en este 2018, ese siguiente paso en el camino al campeonato.

A pesar del pronóstico del tiempo que decía que caería una constante precipitación, el cielo se abrió en su totalidad; la Unidad Profesional Adolfo López Mateos recibía sin ningún obstáculo los intensos rayos del sol del norte de la Ciudad de México. El escenario estaba listo para el juego más atractivo de la semana 3 en la Conferencia Verde de la Liga Mayor.

Desde la primera serie del encuentro los Auténticos Tigres salieron agresivos, con su característico juego terrestre castigador, pero dejando ver que por aire también son de peligro. Enfrentando 3era oportundiad y 17 yardas, Víctor Cruz (17), QB titular de los regiomontanos, encontró a su objetivo preferido, Brandon Niebla (87), profundo en el centro del campo para meterse hasta la zona roja del Politécnico. El envío fue de 44 yardas, y parecía que Tigres se pondría de inmediato en la pizarra.

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Cruz (17) tiene muchas facultades como pasador, pero la ofensiva de Auténticos se basa en el jueo terrestre.

Sin embargo, Yannic Hernández (27) negó la anotación de los felinos luego de conseguir la primera intercepción del día sobre Cruz. Hernández se robó el ovoide en las diagonales y lo sacó hasta la yarda 7 para poner inicio al primer ataque de los équidos.

A sorpresa de todos los presentes, Alejandro García (9) no fue el QB titular para los guinda y blancos. Fue sino su hermano, el zurdo Luis Enrique García (7) quien comandó la caballada politécnica para empezar el encuentro. El dicho en el deporte dice que no debe haber diferencia entre el desempeño del titular y el suplente, y Enrique cumplió con el conocimiento empírico.

Una buena serie de 11 jugadas se vio estancada por un mal centro que en segunda oportunidad y 10 hizo perder otras 10 yardas al mariscal de campo. No obstante, Burros se había metido hasta la 35 de Auténticos y el despeje haría el cambio de posición en el terreno. La defensiva visitante respondió tapando la patada de despeje, y le otorgó excelente posición, en la yarda 31 del Poli, para así empezar su serie ofensiva.

Seis jugadas después, en la última del primer cuarto, Jesús Reyna convirtió un gol de campo de 30 yardas para romper el doble cero en la pizarra y aventajar a los Auténticos Tigres. Lo que nadie sabía en ese momento, es que sería la única delantera para los Tigres en toda la tarde.

Fue en esa consecuente serie de los Burros Blancos que Alejandro García retomó los controles de la ofensa, pero no por deficiente desempeño de su hermano, sino porque Luis Enrique fue duramente castigado en una carrera y salió con un fuerte golpe en las costillas que forzó la entrada del menor Alejandro. Ambas ofensivas intercambiaron despejes.

Con 4:50 en el segundo cuarto García mostró que no había entrado en ritmo. Enrique Zepeda (54), uno de los pilares de la defensiva regiomontana, interceptó un pase del mariscal de 3er año y se metió hasta la 25 de los Burros dejando una posición de campo digna de extender la ventaja para los Tigres. De repente, la esperanza empezó a tener el mismo tinte de siempre, ese en el que Auténticos encontraba la manera de ser contundente. 

Pero la defensiva de los Burros Blancos respondió a la tarea y de qué manera, provocando un fumble sobre Abraham Sosa (22) en apenas la primera jugada de la serie, el cual recuperó el Politécnico, de inmediato devolviéndole la bola a Alex García, quien ahora no desaprovechó la oportunidad de la posesión ofensiva.

Ya metidos en la yarda 45 de los Auténticos y con 1:19 en el segundo cuarto, los Burros mandaron una jugada de truco, el flea flicker, en la que el QB entrega la bola a su corredor y este se voltea y se la avienta. García encontró profundo a Luis Martínez (11) a quien sacaron hasta la yarda 10 de los Tigres, y vino en la tribuna la erupción del Huélum más estruendoso hasta ese momento.

Fue dos jugadas después que sería superado, ya que, en la última jugada del segundo cuarto, García conectó con José Sosa (21) en pase de 4 yardas para darle la vuelta al marcador. Recorrieron 76 yardas en 10 jugadas, pero todo se originó del fumble provocado por la defensiva. Siempre es erróneo pensar en los hubiera, pero es una realidad que el fumble de Abraham Sosa dejó ir, de menos, 3 puntos para Tigres. En lugar de subirse 6-0 o 10-0, 10 jugadas después ya estaban abajo 7-3.

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García celebró con su HC la eficiencia ofensiva

Así fue el marcador al medio tiempo de lo que había sido un parido parejísimo. La segunda mitad se quedó del lado oeste de las tribunas, ya que los Burros Blancos nunca voltearían atrás de su ventaja 7-3.

Inmediatamente regresando de la intermisión, José Sosa volvió a superar a la defensiva de los de San Nicolás de los Garza. Un acarreo de 34 yardas por el centro de la línea ofensiva vio a Sosa romper un par de tacleadas y después acelerar a máxima velocidad hasta las diagonales, capitalizando una serie de 6 jugadas. El 14-3 empezaba a generar un sentimiento de confianza prácticamente palpable entre el Politécnico.

Los Auténticos Tigres cayeron en incompetencia ofensiva en el peor de los momentos. Su primer tres y fuera de la tarde le devolvió de inmediato la posesión a los Burros, e inmediatamente García puso a funcionar el motor ofensivo para anotar touchdown por tercera ocasión en tres series consecutivas.

García conectó con Marco Morales (12) en pase de 12 yardas para ponerse en territorio de los Auténticos. Seis jugadas después, Emmanuel Velázquez (2) electrizó el Wilfrido con un acarreo de 17 yardas para meterse a la yarda 4, y después García capitalizó con su primer touchdown por tierra. De repente, 21-3 demostraba autoridad.

Era momento de vivir o morir para los Auténticos Tigres, y como equipo grande, respondieron. A pesar de continuar con la inquebrantable identidad de su juego terrestre, comandados por Abraham Sosa, Erick De Hoyos (10) y Marcelo González (28), el equipo de Zamora debía tornarse al juego aéreo. 

Cruz respondió con un pase 49 yardas que conectó con Javier Calzoncit y metió a los felinos hasta la zona roja de los locales. Tres jugadas después, De Hoyos convirtió el acarreo de 8 yardas en un touchdown para frenar el embate de 21 puntos sin contestación de los Burros.

El Politécnico no quitó el pie del acelerador aún cuando sufrieron un susto en el QB. García recibió un fuerte golpe que lo hizo salir del campo ya en acciones del cuarto cuarto, pero Alejandro solo salió una jugada, y regresó a comandar una serie que se metió hasta la 20 de los Tigres. Francisco Rodríguez apuntó un gol de campo de 37 yardas para regresar la ventaja a 14, 24-10.

En los momentos cúspides del partido, la muralla guinda y blanco respondió con jugadas grandes. Marcos Aguiñaga (54), ala defensiva novato quien fue parte de la Selección Mexicana que consiguió la medalla de Plata en el Mundial U-19 del pasado julio, capturó a Victor Cruz cuando él intentaba salir de la bolsa. Poniendo la larga 3era y 14, el perímetro forzó un pase incompleto, y otra vez, Auténticos se fue 3 y fuera en el peor de los momentos.

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Aguiñaga (54) demostró su calidad en el Mundial U19, y ahora ya se siente su impacto en la Liga Mayor.

Sin embargo, la defensiva norteña también levantó la mano y provocó el primer tres y fuera de los Burros en la tarde. Ahora sí, era una serie de puntos o de sucumbir ante una inminente derrota para Auténticos Tigres.

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Un castigo en contra de los Burros permitió a los Tigres meterse hasta la 36 rival. Enfrentando 4a y 2 en la yarda 28, la muralla guinda volvió a hacerse presente como un factor clave del encuentro. Daniel Flores desvió un intento de pase de Cruz para provocar el cambio de posesión, e iniciar la serie ofensiva que sería la daga del partido.

Con 3era y 8 desde su yarda 30, el equipo de Chaparro no tuvo miedo de ser agresivo, y García encontró por aire a Morales quien llevó la bola hasta medio campo, asegurando que el partido entraría en su lecho de deceso. Cinco jugadas después, García concretó el entierro de los Tigres con un acarreo de 27 yardas que se llevó hasta las diagonales y empezó el festejo en la tribuna politécnica.

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García se dejó caer una vez que ingresó a la anotación. Una metáfora accesible: el alivio de haber derrotado a los siempre imponentes Tigres.

31-10, 31-10 sobre los siempre finalistas de la Liga Mayor. 31-10 sobre los temibles Tigres de Nuevo León, que año con año se imponen contra los equipos con su interminable agresividad física, con un dominio del juego terrestre tanto a la ofensa como a la defensa.

Mauricio Melo terminó el encuentro con la segunda intercepción del día sobre Cruz. El júbilo inundó la tribuna y la banca de los Burros Blancos, que sabían que el resultado en el Wilfrido no fue un accidente, ni un anomalía. Era lo que mucha gente esperaba, pero lo que tenían que demostrar, y así lo hicieron.

Abrahám Chacón, liniero ofensivo novato titular en el puesto de tacle derecho y quien como Aguiñaga fuera seleccionado nacional U19, se tiró al suelo con sus manos con su cabeza y dejó recargar su enorme humanidad en el césped del Willie una vez que se dio el pitido final. Chacón fue el reflejo de todo lo que sintieron por completo aficionados, equipos y directivos en el casillero de Zacatenco: alegria y alivio.

Desde que llegó a la Liga Mayor en 2016, nadie ha puesto en duda el talento enorme que posee el QB Alex García. Pero aún con el enorme talento, no había podido derrotar a los dos grandes equipos de la Liga Mayor de ONEFA, Pumas CU y Auténticos Tigres.

Lo del sábado no fue un despliego más del talento de García. Fue un despliego de que el quarterback ya no es el único punto focal del equipo; ahora es parte de un engranaje que incluye un juego terrestre fermentando tanto por el QB como por sus corredores Velázquez y Sosa. Un juego aéreo que ya no se basa en las jugadas rotas de García, sino en conexiones seguras con Martínez, Morales, y el resto de la unidad.

Un engranaje que incluye una defensiva que demostró que no se va a doblegar ante nadie, ni ante los siempre metódicos Auténticos Tigres. Una defensiva que puede interceptar el balón, provocar balones sueltos, capturar al QB en momentos que sea justo romper el esquema contrario.

Se sintió como un cambio de batuta. Se sintió como la introducción de los Burros Blancos como favoritos a ser finalistas de la Conferencia Verde. Se sintió como un exorcismo de demonios regiomontanos. Para el politécnico, han sido los fantasmas de Nuevo León, y de Ciudad Universitaria, los que los han azotado.

El sábado, con la victoria 31-10, ya se han liberado de la inferioridad, al menos frente a la UANL. Burros, oficialmente, es un peso pesado en la actualidad de la Liga Mayor.

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